Kitchen

Eran la una de la mañana, desperté en mi habitación y fui a la cocina, a decir verdad tenía apetito. Vestía mi pijama blanca, olvidé mi calzado de casa o pantuflas pero en realidad no importa.

Prendí la luz, abrí la nevera y estudié el contenido.

- Hmm, que pereza preparar algo –dije en voz baja. A la final me decidí y saqué el pastel de manzana. Lo llevé hasta el mesón de cocina, cogí un cuchillo, corté una rodaja y la puse en un plato.

Después de acercarme a la mesa con una cucharilla, tomé asiento y llevé un trocito del rico postre a mi ávida boca.

Está delicioso…

Era temprano alrededor podríamos decir que las once de la mañana, el sol estaba exquisito, un pleno primaveral pero toque de calorcito que estaba delicioso, me desperté del sol que había salido en la mañana.

Me daba mucha lata en vestirme para bajar y ya que solamente en ese palacio vivíamos mi hermano y yo entonces no era obligación que me vistiera la verdad. Solo en ocasiones especiales.

Después de salir de mi cuarto “con una bata de levantarme, un color blanca con unos toques negros, y mi piyama se podría decir que era largo hasta la rodilla negro con unos puntitos blancos.”

Camine por los largos pasillos por algunas horas ya que el palacio era enorme, después al llegar a la escalera caracol, bajando hasta la cocina, ya que no había tomado desayuno y estaba apunto de llegar el almuerzo así que iba a comer algo liviano y chiquitito.

Llegando por fin a la cocina pude observarlo nada menos que a el, era tan hermoso lamentablemente era mi hermano, si no fuera mi hermano aria lo que pudiera estar con el, pero sabia que el me trataba muy diferente ya no sabia que pensar si era mi hermano o mi “novio” pero eso realmente me encantaba cuando venia gente y el se ponía realmente celoso. Cuando me invitaban a bailar, o a salir el se ponía estrictos y no me dejaba salir. Sonreí al verlo que comía una tarta de manzana que había preparado anoche, justamente para el desayuno de la mañana entrando en la cocina, caminando hasta donde el estaba. Le di un beso en la mejilla

Baya por fin llegas hermano, pensé que ya no venias, te gusto la tarta que ise anoche, me alegra mucho saber que estas en este palacio ya que la verdad me da lata estar en este enorme palacio sola, te extrañe de verdad.

“Sentándome enfrente de el, partiéndome una tarta de manzana poniéndolo en mi plato, después de servirme un jugo de naranja.”

Bien, misteriosamente el universo cambió, dejó de ser la una de la mañana y de pronto eran las once horas.

Cosas extrañas, raras del universo, algo así como para la “Dimensión Desconocida” (música misteriosa de fondo).

Así mismo, ya Alexandra da por sentado soy en extremo celoso ( ? )

En fin, continuemos con nuestra bizarra historia. Gracias a DIOS, Jeisa Chiminazzo está mucho muy buena.

Llevé otro trocito de pastel a mi boca.

- Hola hermanita, ¿dormiste bien? –pregunté mientras la observo e intento dilucidar y comprender su último comentario.

Siempre estaré bien hermano, después de una larga dormida, y sin interrupciones la verdad que uno despierta con un animo increíblemente, y la verdad me encanta estos días que tienen sol, la verdad me encanta la primavera. Y dime hermano ¿Cómo te va?
¿Cuándo llegaste que no me despertaste?.
Comiendo un poco de tarta, ya que tenía hambre y me había quedado bastante rico y de minuto después tome mi jugo de naranja.

No comprendía muy bien a qué se refería mi hermanita, pero decidí continuar la charla a pesar de que cada vez me sentía mas inmerso en la locura, esquizofrenia, y la enajenación mental.

- Hmm… pues… –dije mientras la miraba confundido.

- Hmm… arribé a la casa donde de por sí estaba… hace unas horas –dije con una sonrisa nerviosa.

- ¿Tienes planes para el día de hoy? –le pregunté mientras pensaba en su medicamento.

- ¿Irás de compras?.

Escuchando las propuesta que me daba mi hermano que iba a ser en ese instante la verdad no tenia nada pensado en ese momento que hacer en la tarde, sonriéndole a mi hermano comiendo un pedazo mas de mi tarta de manzana.

La verdad Abelard no tengo nada que hacer, acaso me quieres invitar a un sitio yo encantada salir contigo, pero la pregunta del millón es ¿Dónde me llevaras?.

Tomando de mi vaso, llevándome a la boca tomando un poco de mi jugo de naranja.

- No me gusta estar encerrado aquí, vayamos de paseo después de ducharnos, almorcemos fuera, ¿qué me dices? –pregunté mientras la observo.

- Incluso podríamos ir al cine en la tarde –comenté mientras me ponía de pie y me estiraba. Caminé hasta mi hermana.

- Además no tienes planes, ya lo has dicho –digo mientras acaricio su mejilla.

Escuchando atentamente lo que hablaba mi hermano que no le gustaba estar encerrado en el palacio, igual para mi era una lata estar encerrada. Sonreí de lado ya que su idea me había encantado realmente.

Claro que si nunca rechazo tantas ofertas en una sola mañana además si viene de mi hermoso hermano, asepto me iré a arreglare y salimos, me arreglaré muy linda solo para ti bello.

Sintiendo como me acariciaba mi mejilla, ya había terminado de comer mi tarta, y me faltaba un poco de mi jugo, tomándolo al seco, sin dejar de mirar a mi hermano.

- Muy bien, vamos entonces, mueve tus lindas caderas y ve a vestirte –dije mientras le sonrío con malicia. Tomé su vaso, me serví un par de dedos de jugo y lo bebí de una.

- También me iré vestir también, pero antes tomaré una rápida ducha –dije mientras dejo el vaso sobre la mesa.

Parándome de mi silla, con la cual estaba sentada tome lo que me quedaba de mi jugo de naranja, mirando como mi hermano deja el vaso en la mesa.

Claro que si no te preocupes me iré a duchar y a vestir nos veremos en el living y nos iremos a comer o al cine, hay decidiremos.

Caminando hasta la salida de la cocina, sonriendole empecé a caminar hasta mi habitación y luego ir a mi baño, después al rato seria el living para encontrarme con el.

Abandoné la cocina y fui a mis aposentos.