Una linda cena

Arribamos al restaurante, hermoso en verdad, hacía mucho tiempo que no lo visitaba. El ambiente, la decoración y la atención siguen siendo geniales.

Entré con mi preciosa hermanita, en seguida una señorita nos atendió; caminamos hasta una mesa, pedí una que se encontrara bien apartada y tranquila, sin otros comensales alrededor.

Ayudé a mi querida Alexandra a tomar asiento; me senté a su lado, en la silla contigua. Una mesera se nos acercó.

- Buenas noches, bienvenidos al Angel Wing. Aquí tienen las cartas –dijo mientras nos daba un par de menús.

- ¿Tenían pensado algo? –nos preguntó a ambos mientras servía agua helada en un par de copas.

- Bueno, yo de momento estoy bien, comeré lo mismo que la señorita aquí presente –dije mientras dirijo la vista hacia mi linda hermanita.

Sonreí sonrojada ya que mi hermano era tan tentador conmigo que eso me ponía nerviosa, pero me gustaba su comportamiento.

Mire a la camarera que se había acercado a nosotros y servirnos agua, por mientras que pidiéramos, mirando el menú estaba todo rico pero yo sabia cuales me gustaban y cuales le iban a gustar a el.

Déme por favor unos camarones ten pura para empezar el de 8 unidades por favor, y de beber Quiero un jugo de naranja plátano, y tu hermano.

Mirándolo para ver lo que iba a pedir

- Para comer quiero lo mismo, pero de beber prefiero un jugo de naranja, por favor –dije a la camarera antes de que ésta se retirara.

- Que bueno estar aquí y gozar de tu compañía. Debemos salir juntos con más frecuencia –dije a Alexandra mientras la observo.

- Oye, ayer estaba pensando que desde que éramos niños no viajamos juntos, bien al exterior. Ahora que disponemos de mas tiempo, ¡hagamos un viaje!. Algo bien loco y creativo, vayamos a Suramérica, o más allá –dije mientras tomo su mano.

La camarera se retiraba para pedir nuestras ordenes, ambos la verdad teníamos hambre ya que no habíamos almorzado hoy día, y lo único que habíamos comido era una tarta de manzana.

Mirando y pude observar como el me había tomado mi mano. Lo cual me puse plenamente colorada cuando el me había dicho eso.

Si me parece una excelente idea de que viajáramos, los dos Sisi si… sabes que amo viajar, cuando nuestros padres estaban vivos no podríamos ni salir ni a la esquina, pero ahora que podemos si quiero aceptó ir de viaje, pero cuando saldríamos, y compraríamos los pasajes.

Le di una sonrisa de quinceañera, me encantaba esas locas ideas suyas, me hacía comportarme nuevamente como una niña de 15 años, aun teniendo su mano con la mía lo cual me había encantado que el lo hiciera.